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¿Por qué es necesario un cambio de paradigma para mitigar el cambio climático y alimentar al mundo?

La relatora especial para el derecho a la alimentación, Hilal Elver, considera que la agroecología es la mejor manera de garantizar la seguridad alimentaria de forma sostenible
Relatora especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, Hilal Elver

La relatora especial de las Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, Hilal Elver, en unas declaraciones realizadas al medio digital SpeakOut, aboga por un cambio de paradigma para mitigar el cambio climático y alimentar al planeta. En su opinión, la pregunta más importante hoy es ¿tendremos suficiente comida en los próximos años en un planeta cuya temperatura va en aumento, al igual que el número de habitantes? El pesimismo emerge teniendo en cuenta el reto de alimentar a una población estimada en 9.000 millones de personas en 2050 e inmersos en un proceso de destrucción del planeta. Además, el modelo de  agricultura industrial se está imponiendo en muchas regiones geográficas, cuando solamente la agricultura ecológica, en opinión de la relatora, ofrece una solución para el hambre, la pobreza y el cambio climático. Aumentar la producción no resuelve el reto del hambre porque ésta no es resultado de la escasez de alimentos sino una cuestión de acceso a los mismos.

Todas estas opiniones de Hilal Elver enlazan con un tema polémico, el de la agricultura climáticamente inteligente (ACI), concepto lanzado por primera vez por el Banco Mundial en 2009, que está surgiendo con fuerza como propuesta, mientras muchos sectores de la sociedad civil, organizaciones de campesinos y agricultores, ONG… lo ponen en entredicho y señalan muchas razones para sospechar de su conveniencia, tales como la falta de claridad del concepto, la dificultad de evaluar el grado de sostenibilidad o la ausencia del enfoque del derecho a la alimentación, permitiendo prácticas medioambiental y socialmente perjudiciales.

La relatora afirma que, si bien los propósitos de la ACI son loables, no hay claridad en cuanto a cómo se alcanzará el objetivo último sino que simplemente se presupone que ese enfoque aportará una solución a cada problema específico. Uno de sus defensores es la nueva Alianza Global para la Seguridad Alimentaria y la Nutrición, una iniciativa voluntaria para promover cambios políticos y ayudar a las empresas a incrementar su control de de los recursos y mercados agrícolas mundiales.

Mientras que el Comité Mundial de Seguridad Alimentaria y el Convenio Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático son los espacios adecuados y legítimos para afrontar los desafíos de la seguridad alimentaria y el cambio climático, la Alianza ha apostado por sus propias iniciativas, estableciendo una hoja de ruta para apoyar el enfoque ACI como la respuesta más recomendable al cambio climático. Sin embargo, dicha Alianza carece de la transparencia y de la estructura de gobierno necesaria para garantizar salvaguardas sociales y medioambientales, al tiempo que permite que las empresas tengan acceso a la toma de decisiones en la elaboración de políticas agrícolas en los países, empresas cuyas prácticas apoyan enfoques agroindustriales frente a los enfoques agroecológicos defendidos por los pequeños productores. La relatora se pregunta qué beneficios adicionales se pueden esperar de la ACI y afirma que todavía no se han dado respuestas convincentes, sino que más bien las evidencias disponibles invitan al escepticismo.

Se necesitan con urgencia auténticos enfoques de agricultura sostenible y resiliente frente al cambio climático, enraizados en prácticas agroecológicas, para ayudar a los sistemas alimentarios a la adaptación y mitigación del cambio climático. Para la relatora, la agroecología es el camino más prometedor para la seguridad alimentaria, teniendo como centro el derecho a la alimentación.