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El consumo de agrodiésel de palma se incrementa de manera alarmante en la UE

La producción de agrocombustibles de primera generación afecta a la seguridad alimentaria mundial

Un informe realizado por la plataforma Transport & Environment, en la que participa Ecologistas en Acción, muestra que en 2015 la UE ha importado un total de 7,3 millones de toneladas de aceite de palma, de las que el 46 % fue destinado para la fabricación de agrodiésel.

El aceite de palma contribuye tres veces más al cambio climático que el diésel fósil. Se ha producido un incremento del 1,6 % de las importaciones de este aceite respecto al año 2015. El estudio estima que para abastecer el consumo de agrodiésel de palma en Europa se necesitan el uso de 0,92 millones de hectáreas.

Hay estudios que demuestran que los agrocombustibles no son realmente un recurso limpio. El análisis previo del estudio de Globiom muestran que las emisiones asociadas a agrocombustibles de aceite de palma,  por el cambio del uso del suelo, representa 303 % más de emisiones que el diésel fósil.

Los aceites más baratos están ocupando el mercado europeo. El aceite de palma es el más económico y por lo tanto el recurso principal para producir agrodiésel.

Recordemos que la producción de agrocombustibles tiene impacto directo en la seguridad alimentaria. Existe un consenso bastante amplio sobre la influencia de su producción en la subida de precio de los alimentos, contribuyendo a la crisis alimentaria.

Como se explica en el artículo escrito por José María Medina, “Agrocombustibles y seguridad alimentaria” el sistema de producción de agrocombustibles no se traduce en mayores beneficios para los pequeños campesinos y, por tanto, no mejora la situación de inseguridad alimentaria que afecta en gran medida a la población rural.

Ecologistas en acción considera que ningún agrocombustible obtenido a partir de biomasa es energía renovable y si siguen incluyéndose en la política energética europea, seguirá incentivándose su producción.

El uso de agrocombustibles debería ser regulado a través de normativas que consideren las consecuencias sociales y medioambientales de su producción. Las leyes de la UE deberían prestar atención al impacto de este consumo sobre la seguridad alimentaria, en particular en los países del Sur.

El informe señala que la Comisión Europea decidió eliminar los agrocombustibles producidos a base de productos alimentarios a partir de 2020, una propuesta recientemente filtrada propone reducirlo tan solo 1,1 puntos por debajo del actual 4,9%. Es necesario que se proponga una eliminicación del biodiésel de aceite de palma y de otros vegetales para el año 2025, de manera que la industria pueda recuperar sus inversiones y caminar hacia una producción de agrocombustibles de segunda generación.