Según el informe Evaluación del Derecho a la Alimentación en África Occidental, elaborado por el Instituto de Estudios del Hambre y publicado por FAO, esta región ha vivido un importante crecimiento económico en los últimos años y seis países de la región han alcanzado la meta del primer ODM orientada a reducir a la mitad la proporción de personas que padecen el hambre. Sin embargo los niveles de pobreza y desigualdad siguen siendo muy altos y todavía hay 36 millones de personas víctimas del hambre.
La región de África Occidental ha sufrido crisis alimentarias de forma cíclica desde los años 30, pero en los últimos años han sido más recurrentes debido al crecimiento demográfico y a la urbanización, al cambio climático, a la dinámica del mercado y suministro de alimentos centrado en el mercado internacional y en las importaciones, a los desastres naturales, conflictos bélicos y crisis de salud, a la acentuada desigualdad de género y a la pobreza y desigualdad que hacen que los más desfavorecidos entren en un círculo vicioso del que es imposible salir.
El informe se ha realizado para evaluar las causas fundamentales que provocan que millones de personas no tengan acceso a una alimentación adecuada y poder así buscar soluciones. Para llevar a cabo esta valoración se ha asumido un enfoque participativo a través de experiencias regionales y locales, acudiendo a terreno y trabajando en contacto con personas e instituciones clave. El resultado ha sido un análisis exhaustivo de los obstáculos que existen para no haber logrado aún el derecho a la alimentación, revisando las políticas y marcos jurídicos de los países de la región.
El mayor impedimento para lograr el derecho a la alimentación es el desconocimiento que existe acerca de lo que es este derecho, tanto por parte de los gobiernos como por parte de la sociedad civil y sus organizaciones. Además de una falta de priorización de este derecho por parte de las instituciones de derechos humanos a nivel regional.
Según el informe para que se garantice el derecho a la alimentación se deben lograr al menos estos objetivos: aumentar la concienciación sobre lo qué significa lograr este derecho en la región, mejorar los sistemas de evaluación y de seguimiento y la rendición de cuentas, mayor coordinación de las partes (instituciones, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil), promover enfoques inclusivos y multisectoriales que consideren la perspectiva de género, garantizar la participación de toda la sociedad civil y ante todo priorizar las políticas de seguridad alimentaria y de hambre cero para proteger el derecho a la alimentación a largo plazo.