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Conseguir un balance entre la seguridad alimentaria y la reducción de gases de efecto invernadero

Erradicar el hambre en países que sufren inseguridad alimentaria mediante un aumento en la producción es complicado sin que esto suponga daño al medio ambiente
Seguridad alimentaria y huella ecológica

A mitad de junio tuvo lugar la “Africa Agriculture Science Week” en Ruanda, liderada por el Foro Global de Invesigación Agrícola (GFAR). Después de las reuniones se ha publicado un informe que contempla la plantación de forraje de calidad para el ganado con el fin de aumentar la producción agrícola sin estimular la emisión de gases de efecto invernadero.

En concreto, Ruanda vive una situación complicada en cuanto a la seguridad alimentaria y la nutrición de su población. No obstante, estudios demuestran que inversiones y cambios en el sistema agrícola podrían erradicar estos problemas. Uno de los principales retos relacionados con la erradicación del hambre y la conservación del medio ambiente es la cantidad de alimentos de calidad de los que disponen los ganaderos para alimentar al ganado. Puesto que, si los animales no son alimentados correctamente, la obtención de leche y carne es menor; y además las emisiones de metano –un gas realmente dañino para el medio ambiente- son mayores. La explicación a esto es que una peor calidad de alimento del ganado produce una peor digestión y esto genera una mayor emisión de gases por parte de los animales.

Por ello, se plantea que los granjeros tendrán que centrar sus esfuerzos en la nutrición de sus animales y el control de la emisión de gases. Según el caso de cada granja, se han diseñado modelos para que los ganaderos, mediante la plantación de forraje, reduzcan los gastos, maximicen la producción y que al mismo tiempo controlen la emisión de metano sin reducir la producción.