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Un informe alerta sobre la extinción masiva de especies

Según el informe IPBES hay un millón de especies en peligro de extinción
logo de la plataforma IPBES

Llevado a cabo por 145 expertos científicos de 50 países con la contribución de 310 expertos más en los últimos tres años, este informe de la Plataforma intergubernamental sobre la Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES en inglés) proporciona nuevas evidencias sobre el estado crítico de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos que conforman el tejido vivo del planeta. En dicha valoración científica se recogen las conclusiones más relevantes de la evaluación de los ecosistemas acopiando nuevos medios de prueba y detallando varios escenarios posibles de futuro.

En los últimos 50 años, la actividad antrópica ha transformado profundamente, fragilizado y agotado los ecosistemas, para mantener y alimentar el crecimiento económico e industrial, la urbanización, pero también satisfacer la demanda de la agricultura (75% del consumo de agua dulce) y de consumo de los seres humanos en recursos naturales. Se estima que el 75% del medio ambiente terrestre y el 66% del medio marino está “severamente alterado” por las actividades humanas: erosión de los suelos, acidificación de los océanos, contaminación, la sobreexplotación...

Paradójicamente, la supervivencia de la humanidad depende de la sostenibilidad de las funciones biológicas de esos ecosistemas, ya que hacen parte integrante del sistema terrestre. El agravamiento del declive de la naturaleza incitó a la comunidad científica a clasificar los diferentes factores directos de presión en función del nivel de peligrosidad, colocando en primera posición el cambio de uso de la tierra, luego la explotación directa de ciertos organismos, el cambio climático, la contaminación y por fin las especies exóticas invasivas.

Además, el informe pone de relieve los conocimientos, las prácticas y la mayor comprensión de los ecosistemas por los pueblos indígenas y las comunidades locales. No obstante, concluye que las tendencias político-económicas actuales y el poco reconocimiento de sus derechos, siguen entorpeciendo la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de los veinte Objetivos de Biodiversidad de Aichi, por la falta de cambios transformadores.

Revertir esta extinción exige adoptar desde ya una gestión integrada y enfoques intersectoriales fuera del paradigma limitante de crecimiento económico, priorizando la conservación de la biodiversidad en la planificación de las necesidades humanas. Por ello, es indispensable fortalecer la coherencia de las acciones políticas, privilegiar la inclusión participativa de las comunidades locales, de los pueblos indígenas y de los jóvenes mediante una gobernanza ambiental transparente, equitativa y sostenible a fin de que los ecosistemas del planeta logren mantener su capacidad de sustentar la vida actual y de las generaciones futuras.

IPBES alerta ante el carácter urgente que reviste la plena y rápida aplicación de las recomendaciones frente a la crisis ecológica para mejorar la restauración, la conservación y el uso sostenible de los ecosistemas a todas las escalas.