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Reducción de las desigualdades en favor de la seguridad alimentaria y la nutrición

Informe del Grupo de Alto Nivel de Expertos del Comité de Seguridad Alimentaria
Detalle de la portada del informe

El informe parte de la consideración de la alimentación como derecho humano fundamental, y de que las desigualdades en el ámbito de la seguridad alimentaria y la nutrición menoscaban este derecho, así como la estabilidad social y política.

Para comprender la inequidad y la desigualdad es preciso reconocer quién se encuentra marginado de las oportunidades alimentarias y nutricionales, cómo y por qué. Y para alcanzar esta comprensión es esencial considerar que la inequidad es interseccional (las desigualdades interactúan entre sí), intergeneracional (las inequidades se transmiten con el paso del tiempo) e interterritorial (las inequidades están determinadas en el espacio y en el plano geopolítico).

Las medidas para hacer frente a la desigualdad y a la inequidad deben enmarcarse en procesos de:

  • reconocimiento de las circunstancias concretas y la historia de la inequidad en cada contexto;
  • representación: velar por el empoderamiento genuino de los grupos marginados para que gocen de arbitrio respecto de la elección de las medidas para combatir la inequidad; y
  • redistribución: velar por que las oportunidades y los recursos se asignen de forma justa y por que los costos no recaigan en quienes tienen menos poder político.

Aunque se observa que las desigualdades en relación con la seguridad alimentaria afectan especialmente a las poblaciones de África, Asia meridional y el Caribe, la desigualdad en el estado nutricional existe a escala mundial. Además, pese a los avances registrados en la reducción de la desnutrición en los países de ingresos medios y bajos, el aumento mundial del sobrepeso y la obesidad tanto entre adultos como entre niños socava los progresos anteriormente alcanzados en el ámbito de la nutrición, y desde 2015 la inseguridad alimentaria se ha agravado en la mayoría de las regiones del mundo.

Al examinar los factores inmediatos determinantes de las desigualdades en materia de seguridad alimentaria y nutrición dentro de los sistemas alimentarios y en otros sistemas vinculados con la seguridad alimentaria y la nutrición, se exploran tres aspectos: i) las desigualdades en los recursos para la producción de alimentos; ii) las desigualdades en las cadenas de suministro de alimentos, y iii) las desigualdades en los entornos alimentarios y el comportamiento de los consumidores.

El informe también examina los factores sistémicos más arraigados y las causas profundas que determinan las desigualdades en materia de seguridad alimentaria y nutrición. Muchos factores que influyen en los sistemas alimentarios son a su vez consecuencia de elementos de los propios sistemas alimentarios. Por ejemplo, el cambio climático y el deterioro ambiental perjudican a los trabajadores de los sistemas alimentarios y amenazan la seguridad alimentaria y la nutrición, en particular en el caso de las personas y los lugares más vulnerables al cambio. Los propios sistemas alimentarios son factores destacados que contribuyen al cambio climático. Desactivar esta interacción dañina ofrece considerables posibilidades de reducir las desigualdades en los resultados en materia de seguridad alimentaria y nutrición.

Los factores económicos y comerciales han cambiado fundamentalmente los sistemas alimentarios al conformar la dinámica de los mercados, alterando los hábitos dietéticos de forma compleja y restringiendo el arbitrio de la mayoría de los trabajadores de los sistemas alimentarios. Preocupan las repercusiones de una transición a una dieta occidental que genera obesidad.

Los factores socioculturales se entrecruzan con todas las categorías de factores para levantar obstáculos que producen desigualdades y refuerzan las existentes.

El informe presenta medidas que pueden adoptarse dentro de los sistemas alimentarios para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición. No se pretende que estas medidas sean exhaustivas, pero presentan esferas prioritarias que revisten enorme potencial para reducir las desigualdades en la materia.

Dentro de la producción de alimentos, las principales esferas de acción para reducir las desigualdades en materia de seguridad alimentaria y nutrición son: i) permitir un acceso más equitativo a la tierra, los bosques, el ganado y la pesca; ii) aplicar principios agroecológicos en el conjunto de sistemas de producción y sistemas alimentarios más amplios; iii) establecer organizaciones de productores inclusivas, y iv) invertir en investigación pública sobre los sistemas agrícolas y alimentarios que sea sensible a la equidad y otras inversiones rurales públicas.

Las esferas de acción en el ámbito de las cadenas de suministro de alimentos son: i) adoptar enfoques basados en cadenas de valor inclusivas; ii) elaborar políticas, estrategias y programas de protección laboral dirigidos a los trabajadores de los sistemas alimentarios; iii) considerar enfoques territoriales en la planificación de los sistemas alimentarios y el desarrollo regional; iv) invertir en infraestructura de almacenamiento, elaboración de alimentos y distribución teniendo en cuenta la equidad, y v) invertir en sistemas de información mejorados aprovechando las tecnologías digitales.

En relación con el entorno alimentario y el consumo de alimentos, las principales esferas de acción son: i) planificación y gobernanza de los entornos alimentarios; ii) incorporación de ideas sobre el comportamiento en la formulación de políticas y la programación, y iii) fortalecimiento de la protección social.

En el ámbito del entorno favorable, contexto y gobernanza, figuran varias esferas de acción, tales como: i) políticas y planificación sensibles a la alimentación y la nutrición; ii) la lucha contra las asimetrías de poder empresarial en la gobernanza; iii) una atención sanitaria universal que incorpore servicios nutricionales; iv) un enfoque holístico ante el clima y la sostenibilidad, y v) un crecimiento inclusivo en aras de la seguridad alimentaria y la nutrición y políticas que vayan más allá del crecimiento.

Como cierre, se proponen un conjunto de recomendaciones para apoyar una transformación fundamental de los sistemas alimentarios de modo que resulten más equitativos e inclusivos.