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El sistema alimentario puede y debe ayudar a mitigar el cambio climático

El proyecto AlimentaODS publica una reflexión y una infografía sobre la reducción de GEI en los sistemas alimentarios

El 28 de enero se celebra el Día Mundial por la Reducción de las emisiones de C02, con el objetivo de concienciar sobre el cambio climático.

Nuestra experiencia reciente nos deja, junto al enorme desafío que ha supuesto la pandemia, dos evidencias claras del cambio climático. Por un lado, 2020 ha sido en España el año más caluroso desde que se tienen registros; por otro lado, acabamos de vivir una nevada insólita, que ha cubierto buena parte del centro de la península, que ha colapsado las comunicaciones terrestres y aéreas y que ha dejado temperaturas siberianas en algunos lugares del país. Esta variabilidad de temperaturas al alza y a la baja y estos fenómenos climáticos extremos son expresiones del cambio climático hacia el que nos va llevando el incremento de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) generados por la actividad humana.

Tomando como referencia los datos aportados por investigaciones e informes de diferentes organismos (IPCC, Banco Mundial, PNUMA, PNUD, CIRAD, INRA, entre otros) podemos aproximarnos a la magnitud del problema. En 2010, las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la actividad humana alcanzaban las 48 gigatoneladas (Gt.) equivalentes de CO2. Según los expertos, si queremos que el calentamiento global no sobrepase el umbral de 1,5ºC en la temperatura promedio a nivel mundial (a partir del cual se prevén consecuencias muy negativas), se deberían ir reduciendo las emisiones de GEI hasta alcanzar en 2050 una cantidad de 21 Gt equivalentes de CO2. Esto supone un enorme esfuerzo de revertir la tendencia...