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Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos

Solo produciendo alimentos saludables lograremos un planeta sostenible y libre de hambre
imagen del video realizado por FAO para el día mundial de la inocuidad de los alimentos

Hoy 7 de junio se celebra por primera vez el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, aprobado en diciembre del pasado año por las Naciones Unidas. Este día nos recuerda que sin alimentos saludables será imposible lograr el reto del Hambre Cero de la Agenda 2030. Según la FAO, cada año 600 millones de personas enferman por comer alimentos contaminados con bacterias, virus, toxinas o productos químicos, de las cuales  420.000 mueren.

El objetivo de la celebración de este día es promover acciones que prevengan, detecten y gestionen los riesgos transmitidos por los alimentos. Solo de esta manera podremos garantizar el derecho a la alimentación y el desarrollo humano y sostenible.

La FAO apunta cinco maneras de lograr una mejora en la inocuidad de los alimentos:

  1. Los gobiernos deben garantizar que los alimentos sean nutritivos y saludables. Según el Banco Mundial los alimentos no inocuos cuestan a los países de bajos y medianos ingresos 95.000 millones de USD en pérdidas de productividad cada año. Esta realidad exige que las políticas promuevan una agricultura sostenible y sana, colaborando con los diferentes sectores involucrados.
  2. Los agricultores deben garantizar buenas prácticas para producir alimentos de manera sostenible e inocua. Los sistemas de producción de alimentos se deben adaptar a las nuevas condiciones y asegurar que sus productos sean salubres.
  3. Los responsables empresariales pueden llevar a cabo controles preventivos que solucionen los problemas sobre inocuidad. Los trabajadores que participan en las actividades alimentarias deben garantizar el cumplimiento de programas como el sistema de análisis de peligros y puntos críticos de control (HACCP, por sus siglas en inglés), que identifica, evalúa y controla los riesgos importantes que pueden sufrir los alimentos.
  4. Los consumidores deben exigir alimentos inocuos, pero para ello deben acceder a una información clara y fiable sobre los riesgos nutricionales y sanitarios asociados a sus elecciones alimentarias. Según la FAO educar a los consumidores tiene el potencial de reducir las enfermedades transmitidas por los alimentos generando ahorros de hasta diez veces por cada dólar invertido. Además, proteger a los consumidores es necesario para que los productores agrícolas puedan acceder a los mercados, un hecho que se traduce en desarrollo y mayor equidad.
  5. Trabajar en equipo entre las partes es fundamental si deseamos garantizar alimentos saludables. Gobiernos, organismos económicos regionales, organizaciones de las Naciones Unidas, organismos de desarrollo, organizaciones comerciales, grupos de consumidores y productores, instituciones académicas y de investigación y las entidades del sector privado, deben trabajar juntos en las cuestiones que nos afectan. Un trabajo que debe darse desde el nivel global al local.

La FAO ayuda a los Estados Miembros a prevenir, gestionar y responder a los riesgos a lo largo de la cadena de producción de alimentos. La OMS facilita la prevención, detección y respuesta a las amenazas para la salud pública asociadas con alimentos nocivos. Ambas organizaciones internacionales, que trabajan de forma cooperativa, garantizan la confianza del consumidor. 

Si queremos lograr un mundo sin hambre debemos tomar las medidas necesarias para garantizar que los alimentos sean saludables, algo que, como señala la FAO, es responsabilidad de todos nosotros.